Alguna vez todos hemos oído que beber agua nos ayuda a mantenernos saludables. Pero para ser exactos, ¿cuánta agua es realmente suficiente?
Los expertos siempre han dicho que, en promedio, entre 8 y 10 vasos de agua bastan para cubrir las necesidades diarias. Sin embargo, puede que no sea suficiente. Aunque 8 a 10 vasos de agua es un buen estándar de ingesta diaria de agua, las cantidades más apropiadas de ingesta de agua son únicas para cada individuo para satisfacer sus necesidades específicas.
Agua corporal: Para las funciones corporales normales, los adultos pierden entre dos y tres litros de agua al día. Sin embargo, quienes viven o trabajan en ambientes más cálidos tienden a perder más agua al día. Por ejemplo, los deportistas necesitan beber más agua para equilibrar sus fluidos corporales. Para esas personas, beber más agua compensará la mayor pérdida de agua que tuvieron a través de la transpiración, así como en la regulación de la temperatura corporal.
El cuerpo humano está compuesto por un 55-70% de agua, pero no se repone a sí mismo. Por lo tanto, beber agua es la principal forma de ayudar al cuerpo a mantener ese balance saludable. Pero aún así, muchos pasarán por alto la deshidratación, la mayoría de las veces sin saberlo, mientras no sientan la sed. Cuando alguien tiene sed, ¡ya es demasiado tarde! De hecho, cuando se tiene sed, ya se puede estar deshidratado, habiendo perdido hasta un 1 ó 2 por ciento del contenido de agua del cuerpo. Otra reacción común a la sed es la siguiente: si uno tiene sed, puede ir a por una bebida que en realidad no repone el organismo. Sin embargo, un refresco frío puede sentar bien, pero las bebidas con cafeína en realidad no están pensadas para hidratar, e incluso pueden acabar aumentando la sed.
El agua es el mejor remedio para la deshidratación. Si la deshidratación es leve, puede disminuir el nivel de energía y el funcionamiento mental y aumentar el estrés del organismo. La deshidratación grave puede tener efectos mucho más perjudiciales. Hay tres reglas importantes a la hora de beber agua:
· Beber el doble de agua de la necesaria para saciar la sed.
· Beba con frecuencia a lo largo del día para evitar la deshidratación.
· Beba al menos ocho vasos al día, o un vaso por cada kilo de peso corporal. Por ejemplo, una persona de 75 kilos que no haga ejercicio ni trabaje en climas cálidos necesita 7,5 vasos.
Mientras que algunos zumos de fruta y el té verde pueden suponer una ingesta de líquidos, puedes descartar bebidas como el café o el alcohol. Tienen un ligero efecto diurético, que favorece la micción y, por tanto, la pérdida de agua, lo que en última instancia frustra el propósito.
